Almoço do Dia dos Pais no Restaurante O Barco em 10/08/2014.
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Si deseas probar un postre que reúna el sabor del plátano y el chocolate, seguro te encantará este exquisito banana splits con brownie. Es ideal para comerlo después de una comida liviana a la hora del almuerzo o en la cena, y también cuando sientas ganas de comer un postre diferente a los que sueles preparar.Esta receta además te será muy útil si estas planificando un evento con varios invitados, ya que puedes servir el postre con salsa de chocolate para darle una mejor presentación y te tomará muy poco tiempo seguir las siguientes instrucciones.Ingredientes:4 plátanos pequeños, cortados por la mitad en sentido longitudinal500 ml de helado de vainilla8 mini Browne (picados)2 cucharadas de maní trituradoPara la salsa de chocolate necesitarás:200 gramosde chocolate oscuro (picado)1/2 taza de crema espesaPreparación:Para hacer la salsa de chocolate, calienta el chocolate y la crema en un recipiente resistente al calor en el microondas durante 30 segundos. Luego, revuelve con una cuchara… Leer más.
¿Qué pasaría nos quedáramos sin colores en la cocina? Eso es lo que debió preguntarse la fotógrafa gastronómica italiana Isabella Vacchi al preparar esta pequeña serie de comida monocromática, que nos muestra un mundo en el que los alimentos no tienen color, y son o blancos, o negros, o grises… o marrones, que tampoco es un color muy color, que digamos.
Las imágenes, en las que se han dispuesto ingredientes y utensilios del mismo tono (blanco, gris oscuro, negro..) resultan tremendamente extrañas e impactantes, al mismo tiempo atractivas y repulsivas, a pesar de que contengan preparaciones que nos podrían resultar muy apetecibles, como merengues, caviar o setas.
Probablemente la más agradable sea en la que todo es blanco, y aunque la marrón también transmite paz. La gris oscuro, con pescado a la brasa sobre pizarra, o la absolutamente negra, son cuanto menos chocantes.
No obstante, tampoco os vayáis a pensar que a esta artista se le ha ido la cabeza o tenga una visión extraña de la gastronomía, lo que ocurre es que le gusta mucho jugar con los colores de la comida. A continuación os dejo con una galería en la que se pueden ver otros trabajos suyos en los que realiza composiciones con paletas de colores muy interesantes, y que nos pueden ayudar a entender cómo funciona el color y cómo utilizarlo en nuestras fotos de comida.
[gallery: el-color-de-la-comida]
Vía | Fubiz
Más información | Isabella Vacchi
En Directo al Paladar | Comida arcoíris, por Henry Hargreaves
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La noticia Comida monocromática, ¿qué pasaría si nos quedáramos sin colores en la cocina? fue publicada originalmente en Directo al Paladar por minue.
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El verano es bien cierto que no invita casi a encender el horno, aunque yo no me resisto, pero reconozco que postres como este semifrío de lemon curd es lo que más apetece tomar después de una comida en un día caluroso.
Par elaborar el lemon curd, que se hace de manera muy sencilla, solo tenéis que seguir las indicaciones de la receta que os he traído hace unos días, el resto una crema suave que lo corona. Y si estáis muy vagos en la cocina, siempre os queda la opción de hacer una versión rápida utilizando un bote de lemon curd en conserva ya preparado.
Comenzaremos hidratando las hojas de gelatina en agua bien fría durante un mínimo de diez minutos. Preparamos el lemon curd siguiendo esta receta o bien utilizamos uno comercial.
Mientras ponemos los huevos, la yema y el azúcar en un cazo y lo ponemos al baño maría encima de otra olla con agua caliente.
Cocemos esta preparación durante siete minutos batiendo al mismo tiempo con una batidora de mano, para lograr que la mezcla quede esponjosa. Añadimos la gelatina escurrida. Dejamos enfriar.
Batimos la nata hasta que forme picos y mezclamos con la crema de huevo. Repartimos en el fondo de seis vasitos el lemon curd con una cuchara o bien con una manga pastelera y ponemos por encima la otra mezcla hasta llegar al borde de los vasitos. Congelamos un mínimo de seis horas.
Tiempo de elaboración | 30 minutos + el enfriado Dificultad | Fácil
El semifrío de lemon curd es ideal para tener siempre preparado en el congelador y disfrutar de un postre cuando nos apetezca. Para ello es conveniente retíralo cuando empezamos a comer al frigorífico y así que la textura sea más blanda y no tan cristalizada. Tiene que quedar entre un mousse y un helado.
En Directo al Paladar | Financiers con lemon curd. Receta En Directo al Paladar | Minipavlovas con lemon curd y frutos del bosque. Receta
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La noticia Semifrío de lemon curd. Receta fue publicada originalmente en Directo al Paladar por Esther Clemente.
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¿Qué importancia tiene para vosotros el diseño de la carta en un restaurante? Debería al menos cumplir su función básica de informar sin confusiones sobre los platos y bebidas del local, pero cada vez se valora más un diseño original. Detrás de un menú original a veces se esconden algunos secretos para motivar al cliente a gastar más.
Un restaurante o cafetería es un negocio más, así que no sorprende comprobar que sus responsables busquen el mayor beneficio posible. En Thrillist lo han comprobado tras conseguir que el Culinary Institute of America desvelara algunos de los trucos que emplean los diseñadores de cartas y menús para fomentar un mayor gasto entre sus clientes.
La mayoría de recursos provienen de conclusiones obtenidas tras realizar diversos estudios sobre el comportamiento y la psicología de los clientes en un restaurante. En ocasiones, pequeños detalles aparentemente insignificantes nos pueden afectar en la toma de decisiones sin que nos demos cuenta.
Por ejemplo, parece ser que si se incluye el símbolo del dólar o de euro junto a los números de los precios, nos da la impresión de que todo es más caro y tendemos a elegir los platos más baratos de la carta. Es como si ver el símbolo del dinero nos avisara de que hay que tener cuidado con no gastar demasiado.
Las cartas largas y abultadas suelen tener efectos negativos sobre los comensales, especialmente sobre los más indecisos. Esto deriva de una característica bien conocida de la mente humana: cuantas más opciones tenemos para elegir algo, menos satisfechos estaremos con nuestra elección. Si podemos elegir entre demasiados platos diferentes, dudamos mucho, y al final suele ser habitual tener la sensación de que quizá nos estaremos perdiendo otro plato mucho mejor.
Parece ser que un comensal medio en Estados Unidos suele tardar una media de 109 segundos en leer toda la carta, y prefiere poder contemplar todos los platos al mismo tiempo. Por lo tanto, los menús que parecen libros y te obligan a estar pasando varias páginas, al final pueden afectar negativamente a las impresiones del cliente sobre la propia comida.
¿Y cómo estructurar todos los platos? En primer lugar, se recomienda que la carta de un restaurante medio ofrezca al menos 10 aperitivos y/o entrantes, 10 platos principales y no más de 6 postres, incluyendo al menos una opción vegetariana en cada apartado.
Es conveniente dejar los postres para una carta secundaria que se ofrecerá al cliente una vez haya terminado con su comida. Si un comensal ve un postre apetecible antes de pedir su comanda, podría preferir evitar los entrantes o platos más grandes pensando ya desde el principio en hacerse un hueco para el postre.
El nombre de cada plato tiene que estar bien destacado para llamar la atención del público, pero incluyendo debajo una descripción con los ingredientes en letra más pequeña, mucho mejor en minúsculas. Esto parece centrar el interés del comensal, que además espera leer los posibles alérgenos de cada plato. Si tiene dudas sobre lo que pide, puede afectar al disfrute de su comida.
Hay otro pequeño truco de diseño en cuanto a los precios. Obviamente, tienen que estar incluidos en la carta, pero se consigue que la impresión del cliente sea menor si el número aparece inmediatamente después del nombre del plato, con pocos espacios. Colocar los precios en una columna, tras una larga serie de puntos o líneas, se hacen demasiado visibles.
Por último, resulta curioso un estudio que indica que solemos mirar primero la parte superior del centro de la página derecha, y luego desviamos la atención a la izquierda. Esto puede ser interesante para el restaurante si quiere destacar algunos platos de su carta, pero procurando no poner en ese lugar los más caros, pues al verse los primeros es poco probable que el cliente los elija.
Yo añadiría el añadir los impuestos en los precios indicados. Personalmente me da mucha rabia encontrar esa frase diminuta que avisa de que no están incluidos, y me hace pensar que al final el precio de la cuenta subirá demasiado. Aunque no sé si será sólo cosa mía, puede que adelgazar un poco los precios mueva a otra gente a gastar más.
¿Os sentís identificados con algunos de estos comportamientos? ¿Creéis que realmente estos estudios psicológicos nos pueden afectar a la hora de gastar más o menos? Quizá con la crisis nos hemos vuelto consumidores más críticos, pero yo al menos no volveré a mirar igual la carta de los restaurantes.
Vía | Thrillist Imágenes | The Falcondale, Alpha, Beatrice Murch, Roger Wollstadt, Matt PEK En Directo al Paladar | Las críticas online de restaurantes pueden ayudar a localizar intoxicaciones alimentarias
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La noticia Los secretos de las cartas y menús de restaurantes para que gastemos más fue publicada originalmente en Directo al Paladar por Liliana Fuchs.
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Ya he probado en otras ocasiones el añadir un poco de sal gruesa o en escamas a ciertos dulces para crear un interesante contraste de sabores, así que estas galletas de avena y chocolate blanco con flor de sal sabía que iban a ser un éxito en casa.
A pesar de que el chocolate blanco no me gusta mucho, es verdad que resulta muy práctico a la hora de elaborar postres, y sin duda hará las delicias de los más golosos. Su color hace que se camufle en la masa, guardando bocados dulces sorpresa a quien prueba las galletas.
Precalentar el horno a 180ºC y preparar un par de bandejas grandes. Disponer la mantequilla blanda en un recipiente mediano con el azúcar y el azúcar moreno, y batir con una batidora de varillas. Cuando esté esponjoso, agregar la vainilla y el huevo, y batir un poco más.
Agregar la harina, la levadura química, el bicarbonato y la sal, batiendo a velocidad baja. Echar los copos de avena y mezclarlos un poco, añadir el chocolate blanco troceado y continuar mezclando hasta conseguir una mezcla homogénea.
Tomar porciones más o menos iguales con ayuda de una cuchara y redondearlas con las manos, formando bolitas. Colocarlas en las bandejas con unos 3-4 cm de separación. Aplanarlas ligeramente y añadir un toque de flor de sal, presionando con cuidado. Hornearlas unos 12-15 minutos, hasta que estén doradas. Dejar enfriar completamente sobre una rejilla.
Tiempo de elaboración | 45 minutos Dificultad | Fácil
Estas galletas de avena y chocolate blanco con flor de sal las disfrutarán los más golosos a cualquier hora, y aguantan muy bien guardadas en un recipiente hermético en un lugar fresco y oscuro. Si se hacen más planitas quedarán más crujientes, aunque a mí me gusta que tengan el interior ligeramente tierno.
En Directo al Paladar | Galletas de centeno y chocolate. Receta En Directo al Paladar | Galletas integrales con chips de chocolate y miel. Receta
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La noticia Galletas de avena y chocolate blanco con flor de sal. Receta fue publicada originalmente en Directo al Paladar por Liliana Fuchs.
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