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miércoles, 6 de abril de 2016

Chrontella y otras seis maneras de usar marihuana en la cocina

Dejando al margen sus posibles usos con fines recreativos, la marihuana puede tener usos medicinales como paliativo para los que padecen enfermedades muy dolorosas, o sufren de náuseas y otras dolencias vinculadas a la quimioterapia y tratamientos similares. En estos casos los que recurren a este uso medicinal del cannabis consideran preferible ingerirla en lugar de consumirla fumando. Investigando en la red hemos encontrado la Chrontella y otras seis maneras de usar marihuana en la cocina.

Queremos señalar que los efectos del consumo de estos productos al ingerirlos son mucho más potentes que si se inhalan al fumar, ya que el THC o tetrahidracannabinol -el alcaloide o principio activo presente en el cannabis- llega a nuestro torrente sanguíneo en mucha más cantidad. La razón es que cuando se fuma, la propia combustión de la marihuana elimina una gran parte del alcaloide que sin embargo llega casi en su totalidad cuando se toma por vía oral.

Además, los efectos de la ingesta no son inmediatos sino que se perciben al hacer la digestión al cabo de una o dos horas, por lo que el que se toma unas galletas de marihuana o unos brownies en los que se haya incluido este producto, no nota ni tiene la sensación de haberse "colocado" y es fácil pasarse de la dosis y después sentirse realmente mal. Tras este preámbulo, os hablamos de la Chrontella y otras seis maneras de usar marihuana en la cocina.

Chrontella o "Nutella" con extracto de marihuana

Este producto fabricado en Canadá, es una crema de chocolate y avellanas al que se añade 300 ml de un extracto de cannabis. No se vende en los supermercados ya que está destinado y reservado al uso medicinal para las personas que acrediten con una tarjeta sanitaria que se les haya prescrito dicho consumo. Sin embargo, las existencias de este producto parecen estar agotándose, por lo que cabe pensar que hay quien lo está adquiriendo para otros usos.

Cannavis, la compañía fabricante de esta crema, produce también otros dos productos destinados a los consumidores de marihuana como una mantequilla de cacahuete "aliñada" con cannabis o una mermelada de fresa que crearon para hacer más agradable el sabor amargo y potente de este producto.

Un producto similar a esta Chrontella es la Nugtella, que se puede adquirir en California, solamente para uso medicinal acreditado mediante la prescripción médica y que también tiene una composición parecida al anterior.

El helado con marihuana de Ben & Jerry’s

Ya os hablamos hace unos meses de un helado con marihuana que la marca Ben Jerry’s proponía para un futuro con el nombre de helado Peace&love, y las reacciones que estaba produciendo el anuncio de los fabricantes. La polémica surgió debido a que dicho helado no parecía destinado a un uso medicinal sino recreativo y el consumo de la marihuana con esa finalidad no está legalizada en todo el territorio de los Estados Unidos, salvo en Colorado, aunque algunos otros estados están próximos a legalizarlo.

Otras formas de usar la marihuana en la cocina

Mantequilla de cannabis o cannabutter

El THC es una sustancia liposoluble, por lo que la forma más habitual de extraerlo para su uso en la cocina es la fabricación de mantequilla de marihuana. Esta mantequilla verde se elabora mediante la cocción de las hojas o las flores en una mezcla de agua y mantequilla común, y recuperando después la mantequilla en la que se habrá disuelto el alcaloide.

Con esa mantequilla de marihuana, es posible la elaboración de recetas tradicionales de repostería, tales como galletas, bizcochos o brownies, por poner algunos ejemplos. El problema de la fabricación de esta mantequilla es la dificultad de evaluar su potencia ya que no todas las plantas tienen la misma cantidad de THC. Por ese motivo es frecuente enterarnos por la prensa de intoxicaciones en preparaciones caseras de pasteles y tartas con cannabis.

Hash cookies o galletas con cannabis

Una de las formas más habituales de tomar marihuana tras cocinar son las galletas con cannabis también conocidas como hash cookies. Estas galletas se elaboran con la mantequilla de cannabis para que su distribución en la masa sea homogénea y no haya unas galletas más potentes que otras, aunque también hay quien las prepara añadiendo a la harina cogollos de marihuana molidos para convertirlos en polvo.

Es frecuente añadir pepitas de chocolate, esencia de vainilla o productos similares como en las clásicas cookies, con el fin de suavizar y disimular un poco el sabor fuerte del THC que resulta desagradable en lo organoléptico.

Brownies de marihuana

De modo similar a lo ya comentado, es muy frecuente, en especial en los Estados Unidos el consumo de Brownies de marihuana, con la ventaja frente a otros bizcochos de su fácil dosificación al comerse pequeñas porciones del producto. El peligro de esta forma de consumir marihuana ingerida es la dificultad de conocer la potencia que tienen los brownies antes de ingerirlos.

Bizcochos de marihuana o space cakes

Estos bizcochos que se venden de forma legal en algunos coffee shop de Amsterdam, se elaboran de forma similar a las demás recetas, bien utilizando polvo de marihuana molida mezclado con la harina o sustituyendo parte del aceite o la mantequilla por la mantequilla de marihuana o cannabutter.

Magdalenas de la risa o magdalenas de marihuana

Más populares para su consumo con finalidades recreativas, las magdalenas de marihuana o magdalenas de la risa tienen la misma ventaja que los brownies, al ser fáciles de dosificar, ya que la marihuana utilizada se divide en tantas porciones como magdalenas se hagan en el horno. No obstante es frecuente encontrar casos de intoxicaciones o malas experiencias al consumir esta preparación, por las razones antes explicadas.

En general, las experiencias de consumo de este tipo de productos con fines recreativos pueden ser peligrosas en especial en personas poco experimentadas que tienen la sensación de que fumar porros es drogarse y sin embargo consumir estas sustancias en pasteles o dulces es algo divertido, por lo que son frecuentes los bajones de tensión, desmayos y en ocasiones graves intoxicaciones por sobredosis, por lo que se deben extremar las precauciones en caso de querer darles ese uso.

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Pollo al horno de mi abuela

Cuando mi abuela encendía el horno y preparaba su pollo asado, todos eramos felices porque sabíamos que nos esperaba una experiencia muy diferente al típico pollo al ast o pollo asado que comprábamos en los asadores, que casi siempre estaba reseco sobre todo en la zona de las pechugas. Quizás fuera por el cariño, pero os aseguro que esta receta de pollo al horno de mi abuela sigue siendo recordada como una de las mejores formas de disfrutar de un plato clásico e inolvidable.

Evidentemente, hay mil y una formas de hacer un pollo asado en el horno, y cada uno de vosotros tendrá en su mente el pollo de su abuela como un manjar insuperable. Sin embargo, os pido que me deis un voto de confianza y probéis a preparar este pollo al horno tal como os indico en esta receta. Seguro que os va a sorprender de forma muy agradable y probablemente lo incorporéis a vuestro recetario habitual.

Ingredientes para 4 personas

Un pollo de corral, 1 manzana reineta, 1 limón, 2 patatas hermosas, 1 vaso de caldo de ave, 1/2 vaso de cognac, tomillo fresco, manteca de cerdo y hierbas aromáticas secas

Cómo hacer el pollo al horno de mi abuela

Me gustaba de mi abuela que cuando hacía pollo al horno siempre usaba una cazuela de barro que aún conservo yo, y que por supuesto he usado para preparar esta receta en su honor y recuerdo. La primera cosa que hacía mi abuela era meter la mano entre la piel y la carne del pollo, separando bien una de otra para después introducir ramas de tomillo fresco directamente sobre la carne, una tarea sencilla que aporta gran sabor y aroma al resultado.

Seguidamente, pelaba la manzana reineta y la troceaba, introduciéndola dentro del pollo. Luego metía una pastilla de caldo concentrado y medio limón, que hacía de tope para que no se saliese el relleno. Después, frotaba la piel del pollo con un poco de manteca de cerdo -imprescindible para sus asados- y espolvoreaba con un puñadito de hierbas aromáticas.

Para culminar su receta, pelaba las patatas y las cortaba rasgando en trozos irregulares y las ponía en su fuente de barro como cama, colocando inicialmente el pollo con la pechuga abajo. Añadía el caldo y el coñac y lo horneaba a 200º durante tres cuartos de hora aproximadamente.

Después daba la vuelta al pollo, dejando la pechuga arriba y horneaba otros cuarenta y cinco minutos. Antes, regaba con la salsa, volvía a espolvorear con las aromáticas y dejaba el pollo asarse hasta que la piel estuviera bien crujiente y se vieran las ramitas de tomillo a través de la piel. Las patatas quedaban deliciosas, -casi deshechas al haberse cocido en el caldo y asado en el horno-.

Tiempo de elaboración | 1 hora y media
Dificultad | Receta sencilla

Degustación

El pollo al horno de mi abuela es un plato muy completo ya que lleva la guarnición de patatas y manzana y una salsa que agradece que haya abundante pan para mojar. Ella siempre lo servía con una guarnición extra de ensalada de lechuga, tomate y cebolla tras unos boquerones en vinagre como aperitivo, otra tradición de su cocina que siempre nos ponía cuando íbamos mis hermanas y yo a comer con ella los fines de semana. Que lo disfrutéis.

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La barbacoa perfecta sólo se consigue con las herramientas perfectas ¿Seguro que las tienes?

Con la llegada del buen tiempo comienza la temporada de preparar barbacoas. Y estas se puede decir que son las reinas del verano, ya que pocos son los jardines, merenderos o fincas en donde no se lleven acabo este tipo de celebración gastronómica.

Pero bien, esta forma de cocina, aparentemente sencilla, no lo es tanto, y es fácil que esas costillitas acaben más quemadas de lo que se pretendía o el fuego no tire como debiera y nos queden las piezas medio crudas. Esta claro que para todo hay que saber y hacer una barbacoa como manda la tradición no iba a ser menos, pero como en la mayoría de las cosas si además de no estar muy puestos en la materia, no contamos con buenos materiales para llevarla a cabo, entonces el fracaso está asegurado.

Hoy os propongo antes de que llegue el verano, os equipéis con todos los instrumentos necesarios para hacer una buena barbacoa. Muchos de ellos ya los tendréis, pero seguro que os faltan otros que un buen especialista en barbacoas creería imprescindibles. ¡Comenzamos!

Barbacoas

La parte principal de este tipo de cocina. Barbacoas hay muchas y de diferentes tipos. Si no eres un cocinero de las brasas habitual y cada vez que haces una barbacoa te gusta cambiar de sitio, te proponemos una barbacoa portátil, de pequeño tamaño y muy manejable. Como esta que hemos visto por 159 euros, la Lotus grill, que además se fabrica en varios colores.

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Si eres de los afortunados que cuentas con jardín o una buena terraza, decántate por un modelo más grande y de gas, al estilo de esta barbacoa parrilla de gas que hemos encontrado por 519 euros en la web de Amazon.

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Parrillas

Uno de los utensilios más importantes y del que depende en gran parte del éxito de la cocción a la brasa. Según lo que queráis preparar os tendréis que decantar por una parrilla de un tipo u otroque más necesitéis. Las hay para carne, pescado, verduras, e incluso para asar alcachofas. Hemos encontrado esta parrilla con una pinta estupenda y ajustable en anchura por aproximadamente 70 euros en Amazon.

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Para dejarla como nueva nada mejor que este cepillo que conseguirá despegar con sus pelos de acero toda la carbonilla y grasa que se haya quedado adherida a nuestra parrilla.

Espátulas

De muchos tipos, la finalidad es la misma, aunque depende su forma según el alimento que se quiera manejar en la brasa. Pueden ser planas y anchas, con pequeños orificios al estilo de esta espátula que hemos encontrado, y que es especialmente destinada para levantar el pescado entero sin destrozarlo.

Si buscas algo más sencillo y que tenga un uso general, sería bueno comenzar por un modelo como este, que con el módico precio de 11,70 euros nos soluciona la mayoría de los alimentos.

Pinzas

Los entendidos en la materia dicen que en la barbacoa no se puede dar la vuelta a los alimentos con un tenedor, pues este los pincha y hace que pierdan parte de sus jugos. Así que sería bueno que os hicieseis con unas pinzas o tenacillas similares a esta de la marca Weber que hemos visto en Amazon por 26 euros.

Atizador y pala para brasas

Tanto para avivar el fuego cuando es necesario, como para remover las brasas y ceniza ,son indispensables cuando queramos subir la temperatura de nuestra barbacoa.

La temperatura es uno de los factores más importantes para lograr el éxito en este tipo de cocina, así que os propongo que os hagáis con un instrumento como este de aproximadamente 14 euros, perfecto para remover las brasas de forma fácil y segura.

Encendedor

Se acabó el usar pastillas para encender el carbón de vuestra barbacoa, ahora si queréis ser profesionales decantaros por un encendedor de barbacoas como este que hemos visto por 20 euros y con el que tendréis control total del fuego, ya que es** la forma más fácil y segura de encender tu barbacoa**. Además es muy cómodo pues trae un asa integrada para tenerlo siempre a mano cuando lo necesitéis.

Marcador de carnes a fuego

¿Os imagináis que el churrasco lleve vuestro sello personal al estilo del lejano Oeste? Pues ahora es posible con este conjunto de letras marcadoras a fuego. Presumid delante de vuestros amigos por tan solo 12 euros es sencillo con este instrumento tan original.

Otros accesorios para barbacoa

No son imprescindibles, pero ayudan a colaborar para conseguir una barbacoa perfecta. Como este asador de pollos para barbacoa, ideal si ya estás cansado de hacer siempre los mismos tipos de carne tradicionales. Me imagino ese pollo churruscadito y ya se me hace la boca agua.

O también este exprimidor de carne para eliminar la grasa sobrante si os gusta cocinar a la brasa hamburguesas.

Si queréis desatar el animal que lleváis dentro, entonces nada mejor que estos tenedores en forma de garra de oso para desmenuzar las piezas de carne "a lo bestia". Y ya para finalizar de una manera más civilizada, os recomendamos también este cuchillo circular para cortar los criollos y salchichas de manera más original.

Como habéis podido comprobar muchos son los instrumentos perfectos para lograr este verano esa barbacoa perfecta. Haceos con ellos y convertíos en auténticos profesionales de las brasas.

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Albóndigas en salsa de tomate

No tendría mucho que pensar para decidir que este plato de albóndigas en salsa de tomate es uno de los que más recuerdos me traen de mi infancia. Sin ser un plato de fiesta, el día que en mi casa había esta receta, ya hacía que se convirtiera esa hora de la comida en un rato especial.

Hoy os quiero mostrar la receta tradicional de albóndigas con tomate, esperando que cuando las preparéis también sea para vosotros un plato tan especial como lo es para mí.

Ingredientes para seis personas

Para las albóndigas: 700 g de carne picada de ternera, 2 huevos M,2 dientes de ajo, 70 ml de leche, 30 ml de vino blanco, 2 cucharadas de pan rallado, perejil picado fresco, sal, pimienta, harina o pan rallado para envolver las albóndigas
Para la salsa de tomate: 600 g de tomate triturado en conserva, 80 g de cebolla picada,1 diente de ajo, 30 g de aceite de oliva virgen extra, 1 cucharadita de sal, 1/2 cucharadita de azúcar, pimienta negra molida

Cómo hacer albóndigas en salsa de tomate

Comenzaremos haciendo la salsa de tomate, para ello picamos menuda la cebolla y el diente de ajo. En una cazuela de fondo grueso ponemos a calentar el aceite y sofreímos en el la cebolla y el ajo lentamente durante 10 minutos.

Añadimos el tomate triturado y cocinamos durante 30 minutos a fuego lento, añadiendo la pimienta, el azúcar y la sal. Agregamos el vino blanco y dejamos durante otros cinco minutos a fuego medio para que se evapore el alcohol. Reservamos.

Para la carne, colocamos esta en un bol. Seguidamente en un bol más pequeño o en el vaso de una batidora con cuchillas echamos los huevos, la leche, el vino, los dientes de ajo picaditos, el pan rallado la sal y pimienta, así como el perejil picado. Removemos bien y batimos hasta que los ingredientes se mezclen.

Vertemos esto sobre la carne y lo integramos en ella. Dejamos reposar durante 10 minutos. Rectificamos de sal. Echamos harina o pan rallado en un plato y vamos dando forma a las albóndigas al tamaño que nos guste, pero todas iguales. Pasamos por la harina y el pan rallado y reservamos.

En una sartén grande echamos el aceite y lo calentamos, friendo en él las albóndigas por tandas. Una vez acabemos, echamos las albóndigas en la salsa de tomate y dejamos que se cocine todo junto a fuego medio durante 20 minutos.

Tiempo de elaboración | 1 hora Dificultad | Fácil

Degustación

Esta receta de albóndigas en salsa de tomate es ideal para tomar con niños, que suelen ser muy fans de este plato. Como acompañamiento, una arroz en blanco o unas patatas fritas y ya tendremos un plato de los de siempre bien rico.

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