Slow Food has an enormous network of food producers and restaurateurs who believe in traditional ways of growing and serving food: in harmony with the environment, organically, and with lots of love and care.
Our next three short films will feature some of these inspiring individuals, starting with María Orzáez, an exceptional cheese maker.
María says she didn’t find cheese, it found her. Ten years ago she decided to leave her comfortable position with a chemical company, pack her bags and two children, and search for a more meaningful life. She stumbled across Benito, an old goatherd in a small village called Castilblanco de los Arroyos, drunk his milk, had a revelation, went to study traditional cheese-making in France, came back to Castilblanco and set up Mare Nostrum (Roman name for the Mediterranean).
Today her cheeses are highly sought-after by foodies and fine restaurants alike but success didn’t change María’s ways: she still produces only a small quantity, still only from the milk Benito brings every morning, only with her own hands.
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“Slow Food” cuenta con una gran red de restauradores y productores de alimentos que apuestan por las formas tradicionales de cultivo y de obtención de los alimentos: siempre en armonía con el medio ambiente, de manera orgánica, y con mucho amor y cuidado.
Nuestras tres próximas historias contarán con algunas de estas personas, comenzando por María Orzáez, una extraordinaria elaboradora de quesos artesanales.
Hace diez años decidió dejar su puesto de trabajo en una empresa química, hacer las maletas, y buscar una vida mejor junto con sus dos hijos. Fue entonces cuando conoció a Benito, un viejo pastor de cabras de la pequeña localidad de Castilblanco de los Arroyos. Allí después de probar la exquisita leche producida en las dehesas, lo tuvo claro; se marchó a Francia para estudiar las técnicas de elaboración de quesos, luego regresó a Castilblanco donde creó su propio taller de quesos “Mare Nostrum” (nombre dado por los Romanos al Mar Mediterráneo)
Hoy en día sus quesos son muy codiciados tanto por los gourmets como por los restaurantes, pero el éxito no ha cambiado la manera de trabajar de María: sigue produciendo una pequeña cantidad de quesos con la leche que Benito le trae cada mañana, únicamente con sus propias manos.
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